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Mitos & Leyendas
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Mitos & Leyendas
Mitos & Leyendas
Todos y cada uno de los rumores, mitos y leyendas que rondan por el boca a boca y generación a generación en estas tierras. Hay que mencionar que, algunos de ellos pueden ser historias reales que han pasado a formar parte de las leyendas locales y otras simplemente son cánticos o intentos de explicaciones varios de los orígenes de X cosas.
Este apartado puede sufrir –al igual que el Bestiario– cambios durante el transcurso del rol, por lo tanto se os avisará en caso de que sea así y, por supuesto, se pueden sugerir algunos en el apartado correspondiente denominado “Sugerencias”.
Leyenda de la Dama de Blanco
- Spoiler:
- Cuando el sol y la tierra aun eran jóvenes y los mortales apenas comenzaban a caminar por sus senderos, existió una bella doncella de cabellos de oro y labios cual carmín, sus ojos eran la envidia de Celeste y su canto el del un ruiseñor. Su mito ha pasado a la historia aunque su nombre y su recuerdo han quedado en el olvido.
Enamorada estaba de un caballero (quien correspondía al corazón de la bella dama): él era fuerte y vivaz, rápido y ágil, envidia de los cazadores y orgulloso y temible guerrero para sus enemigos.
Se juraron amor eterno en los Acantilados de Gurth, y cada noche yacían el uno al lado del otro viendo como el astro rey ascendía y descendía a placer. Sin embargo, una mañana, fueron descubiertos. Un amor prohibido era, mas la Dama a Galadnor pertenecía siendo una de las últimas hijas del rey y el caballero no era ni más ni menos que el mismísimo rey de Moriel.
Las escuchas y rumores a las cortes llegaron y el rey de Galadnor lo preparó todo para que su bella hija desposara a uno de sus hombres más fieles, quedando en el olvido el rey de Moriel. Ella, destrozada ante un corazón marchito y destruido por las ordenanzas de su padre, acudió al monasterio donde se realizaría tal evento. Cumplir a su padre debía pero su corazón siempre sería para el rey de lo oscuro.
Sin embargo, cuando la noche caía y antes de reafirmar sus votos con un “sí quiero”, salió rauda y veloz del monasterio aún con su vestido de novia, huyendo de su destino y de su reino. No amaba a aquel hombre con el que se iba a desposar, por lo que decidió volver con su amado rey. Esperó durante horas y horas en los Acantilados de Gurth a que él viniera a ella, como todas las noches pasadas.
Lo que la dama no sabía es que, al mismo tiempo que en Galadnor se preparaba su boda, las campanas de una nueva unión se habían producido en Moriel. Se trataban de las campanas que resonaron brindando honor a la boda del rey con otra doncella. Pasó horas y horas esperando a su rey sobre aquellas tierras sin saber lo ocurrido.
Nadie supo nunca qué fue de ella. Algunos dicen que murió de pena a la espera de su rey, otros que se arrojó a los abismos del acantilado y otros simplemente que desapareció. Lo que sí se sabe y cuenta es que en las noches de bruma espesa y niebla desbordante, sobre aquellos acantilados se ve a una doncella de cabellos dorados y labios carmín, ojos envidiadores de Celeste y cantos del ruiseñor esperando… esperando... Y su vestido, es blanco…
Leyenda del Hechizado de las Aguas
- Spoiler:
- Érase una vez, hace mucho, un rey bondadoso y noble que se enamoró de una doncella “prohibida”. La chica cruzó la frontera hasta llegar a la fortaleza del rey que la esperaba deseoso de estar una vez más con ella. Con o sin la aprobación de los ciudadanos los dos amantes se casaron. Así pues, la doncella se convirtió en reina. Mas no pasó mucho tiempo hasta que los Dioses se enteraron de tal hecho. Ninguno de los dos estaba de acuerdo con el matrimonio, aunque uno menos que el otro, pues a Moriel le enfadó tanto este enlace entre uno de los representantes de la Luz de su enemigo y una de sus oscuras ciudadanas que usó sus poderes para maldecir este matrimonio. El castigo consistía en que su primogénito al cumplir sus dieciocho años se convertiría en un temido monstruo.
Años más tarde, la reina dio a luz a un precioso bebé varón. Éste era el príncipe más querido de todas las épocas, pues era un encanto de niño: amable con la gente, listo y fuerte. Pero la desgracia llegó cuando el joven príncipe cumplió esos embrujados dieciocho años, la maldición de Moriel se llevó a cabo. El príncipe se convirtió en el monstruo. Los reyes al enterarse de tal desdicha decidieron esconderlo y hacer difundir el rumor de que el joven heredero había sido raptado. Así pues el chico fue llevado al lago donde permanecería el resto de sus días.
A partir de entonces aquellos que han rondado alguna vez el lago afirman haber visto un pez gigantesco en el agua, otros cuentan que se trata de un animal muy grande con una cabeza pequeña y cola de pez, y otros que es un monstruo muy feo y feroz que asesina a las personas que se acercan demasiado a él. Así pues, el que un día fue un bello y querido príncipe, ha acabado siendo un horrible y temido monstruo por todo aquel que oye hablar de él.
Leyenda de los Bosques
- Spoiler:
- Los tiempos son remotos, se sufren cambios ya sean para bien o para mal. Las guerras se suceden en ambos reinos y el pago… siempre es demasiado alto.
Las tácticas militares siempre han sido las mismas, escuchar y espiar al enemigo, por lo que los caballeros se adentran en sus bosques a la espera de ser conocedores de sus secretos más oscuros…Una lástima que el secreto más oscuro los encuentre a ellos primero.
No se sabe cuáles son sus orígenes exactos, algunos afirman que fueron el primer intento de los Dioses de la creación de vida, otros que fueron mortales en su día y que fueron castigados por los Dioses por el incumplimiento de sus leyes…Otros, aún más desventurados, que no son más que mitos y leyendas. Sin embargo, la realidad supera a la ficción y lo cierto es que, en lo más profundo de los bosques, ahí se encuentran, subidos a los árboles o tal vez bajo la maleza esperando… esperándote… observando... observándote.
Son pequeños pero raudos y veloces, se alimentan de las carnes mortales. Muchos se han culpado unos a otros de las catastróficas muertes que se suceden en ambos reinos pero…son ellos los verdaderamente culpables, los acechadores de la noche y los cómplices del día: los Thaur.
Leyenda de Feanor y la Caída de los Dragones
- Spoiler:
- Los Dragones moraban en las montañas, no molestaban en un principio y amigos de los hombres mortales fueron en su día. Los dejaron montar en sus lomos y volar por los cielos de Celeste fuera de día o de noche. Algunos tomaron partida en las numerosas guerras entre reinos y heridos y muertos junto a sus jinetes.
Gloriosos y orgullosos también, dueños del conocimiento y de grandes tesoros. Poco se sabe de su entidad real y personalidad, mas lo poco que se puede albergar de ellos en la actualidad, proviene de palabras –muchas veces falacias- del último dragón, Feanor, el espíritu de fuego.
Feanor, Feanor, Feanor…Rey de reyes, señor de los Dragones. Amo de los cielos y de la tierra.
Una pena que fuera traicionado y perdido en el olvido y el tiempo por aquellos a los que una vez se juró protección y amor. Los reyes. Los reyes de Galadnor y Moriel acordaron pues que en tiempos de guerras el uso de los dragones era fatal para sus planes, pues siempre habían numerosas bajas por culpa de estas ancestrales bestias creadas por los dioses.
Decidieron pues erradicarlos y eliminarlos a todos y cada uno de ellos. Primero, fueron sus huevos sin eclosionar, tirados acantilado abajo hasta que después de rodar explosionaban en las rocas y eran destruidos. Después, sus crías recién nacidas, eliminadas de raíz con un as del corte de la espada. Finalmente, los grandes e ilustres dragones. Las hembras morían de dolor y tristeza ante la pérdida de sus crías y huevos y aún así las más bravas se mostraron. Dura fue la contienda, pero la primera y única vez en la que Moriel y Galadnor se unieron bajo una sola bandera.
También fueron erradicados los adultos varones, y tan sólo dejaron enclaustrado a la roca viva y encadenado por sus años de combates y gran porte al señor de los señores, Feanor. Mas sus cadenas fueron lo suficientemente fuerte como para mantenerlo hasta hoy en día, dos candados lo sujetan y ambas ataduras sólo son rompibles ante las llaves que portan sus reyes del día a día. La llave de Oro y la Llave de Plata…
Por que la historia se convirtió en leyenda y la leyenda… en mito.
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