¿Sospechas infundadas? [Ruth]

La mañana prometìa ser como cualquier otra,los hombres de mi familia estarían afuera, como acostumbraban desde siempre. Me había ataviado en un lindo y elegante vestido azul turquesa, no era tan llamativo como el rojo, pero también me agradaba. Pasee un poco por los amplios salones del castillo y al pasar por la corte me di cuenta de que mi madre aun seguía en su alcoba, por lo que me dispuse a ir a por ella.
Hacía tiempo que no charlábamos solas, no era que lo necesitáramos, pero tampoco sobraba. Toque suavemente y al no obtener respuesta gire el pestillo sin mas y me adentre en aquella mas bien sombría habitación. Mi madre reposaba sobre su lecho, con los cabellos revueltos, y no era que no se peinara sino que simplemente asi le gustaba llevarlo. Su gato reposaba en su regazo levantando apenas la vista para verme, parecían uno solo. Yo no sè, pero su mascota era como un espejo al futuro de mi “Aslam”.
-Madre…-salude a la reina y avance no sin antes hacer una elegante reverencia para acercarme a besar a mi madre con dos besos, uno en cada mejilla…-pensè que aun dormías y planeaba despertarte como cuando niña…-rei y me senté sobre la cama a su lado.
-Has dormido bien?- pregunte sin dejar de mirar a mi madre, los detalles de su rostro afilado, la belleza hechizante que aun luchaba por prevalecer en sus facciones contra el paso del tiempo. Su mirada fría y profunda pero ausente de este mundo, le daban ese aire de locura delirante que a muchos encantaba. No era mi caso.

Escuchè a mi madre hablar y hacerme cariños a su modo mientras sus manos estaban ocupadas en acariciar al felino detras de las orejas. Yo no creia que ella supiera lo de la noche anterior, pero al parecer me habìa equivocado y estaba mas que al pendiente de lo que ocurria con sus hijos. O màs bien con Ajax, su favorito, aunque nunca habia entedido bien cual era el motivo, ni siquiera destacaba en ninguna labor varonil, era un bebè de mamà, creo que eso es lo que lo hacìa adorable a los ojos de la reina Morwen.

-Digamos que tambièn he descansado- dije haciendome la tonta con mi desvelo de la noche anterior. Madre era muy perspicaz y a veces podìa dar miedo tanta tranquilidad desquiciada,pero eso no sucedia conmigo. No le temia en absoluto, nos pareciamos en ciertas cosas.

-Padre siguio molesto por la ausencia de Ajax? o las preguntas vienen por cuenta propia...-dije sonriendo con cierta ironia,como evidenciando que sabìa muy bien lo que queria preguntarme.

Mi madre continuo con su interrogatorio mientras yo torcí un poco el gesto en lo que pretendía ser una sonrisa sobrada. Enarque una ceja y juguetee con mi cabello antes de devolverle una mirada fija y casi acechante a pesar de estar a distancia prudente.
-Por supuesto que no, Madre…yo no sè nada que tu debas saber-respondí casi burlonamente, pero no era esa mi intención. Màs bien era que no me pondría a contar detalles sobre las aventuras de mi hermano menor. No era una cotilla, al menos no descaradamente. Cuando supiera algo que realmente valiera la pena, probablemente lo compartiría.
-Y que es lo bueno de que siga soltera, Madre?-interrogue porque eso si que me había dejado con cierta inquietud…- acaso estas celosa de que comparta con alguien la perfección que me habeis heredado padre y tu?-dije, no porque de verdad lo pensara, sino porque era una manera de hablar con mi madre que siempre parecía ida de este mundo, frívola e indiferente, pero celosa de su familia. Una madre controladora podría decirse, sobre todo con su favorito.

La conversación dio un vuelco inesperado pero provocado, y lo cierto es que aunque sabía que solo me estaba dando un poco de hilo de la madeja, no me importaba porque siempre prefería hablar de mi y no de mis hermanos. Ellos tenían sus maneras muy diferentes de comportarse, uno era un chiquillo travieso y el otro un arrogante joven príncipe. Las malas lenguas nunca se cansaban de mal hablar de la familia real me Moriel.
Y había que reconocer que lo que había soltado mi madre me había hecho cambiar la expresión burlona por una mas bien hostil, no porque me afectara, sino porque de repente mi invadió un sentimiento: envidia.
No lo callé para mi, por el contrario lo deje salir, después de todo era mi madre la que estaba delante mío, bien podía hacerle esa clase de observaciones que además debían hacerla sentir tremendamente orgullosa.
-Pero no es justo, Madre…vos ya tenéis el mejor hombre, como voy a encontrar yo a alguien que se parezca siquiera de cerca a mi Padre?- dije con un tonito infantil que para nada lo era, además de que una vez en el rumbo difícilmente me callaría…-es muy difícil hallar algo bueno, cuando lo mejor esta en tu familia…-me referi esta vez a mis hermanos y me encogí de hombros.

-No pienso que los titulos de nobleza lo sean todo,Madre...de hecho creo que podria casarme con cualquiera,mientras que sea fiero y temerario, que ambicione lo mismo que yo...y claro algunos otros detallitos-esta vez lo dije mirandola picaramente dejandole entrever a lo que me referia y entonces ella dijo lo demàs y yo me levante de la cama practicamente de un brinco y di un vuelta pequeña sobre mi eje, como exhibiendo jovialidad y energia.

-Salgamos a pasear por ahi, Madre...hoy no tengo ganas de escuchar los chismorreos de la corte, nunca se te ve fuera de estas cuatro paredes y creo que podriamos pasarlo bien haciendo algo distinto...-dije y agregue- ire por "Aslam", seguro tu gato no puede venir por el cambio de clima- dije en broma y medio en serio porque me daba mucha gracia aquel animal, que parecia uno con mi madre.

Y como si el gato quisiera desafiarme o dejarme en claro que no tenia limitaciones para ir y hacer lo que le plazca, se levanto y mi madre se lo echo en brazos, acunandolo como a un chiquillo,acariciandolo incluso. Era algo que siempre llamaba la atenciòn en la reina de Moriel, lo sanguinaria,despota e insensible que solia ser con casi todo el mundo, pero no con su gato ni con su hijos. Si, ante todo el gato.

No me moleste en decir nada mas,simplemente disfrutaria el dìa en compañia de mi madre, quien seguro volveria a atacarme con el tema de Ajax, pero estaba soñando si creia que yo le contaria las aventuras de mi hermanito. No sin que siquiera valieran la pena...y claro, sin quedar como una cotilla.


Al final salimos a los jardines, unos enormes y muy bellamente decorados, la neblina por supuesto se hacia presente, despuès de todo era algo que no se podìa evitar en nuestro reino.
-Mira que Belleza...-le dije a mi madre yendo a por unas rosas un tanto opacas pero bellas,como si creciesen ya acostumbradas y de manera magica en la sombra...-sin duda que el peor tormento para un Moriel seria la luz de Galadnor...-dije con cierto asco y tambièn con cierto tono ansioso porque las reacciones de mi madre eran siempre lo que mas valia la pena, hasta mi gato parecia saberlo porque se situo justo detras de mis faldas.

Tal como lo esperaba, mi madre comenzo a gritar con solo escuchar el nombre del reino vecino y que tanto odiaba. Yo rei por lo bajo por su berrinche, mientras que su gato o estaba muy acostumbrado a tremendos alborotos de su dueña o simplemente no habia escuchado absolutamente nada de lo que la reina habia dicho. No se perdìa de mucho, eso todo el mundo lo sabìa, pero era divertido. Sus ultimas palabras sin embargo, si me hicieron prestarle mucha atenciòn porque estaban cargadas de verdad.

-La oscuridad devora la luz y no al revès...-esta vez lo repeti para mi misma y con la cabeza baja,quizas un poco loca por lo que aquella frase significaba en mi propia vida...-Por supuesto,Madre...somos superiores a esos renacuajos brillantes-dije recuperando de nuevo mi porte y mi orgullo...-se què no te gusta hablar de ello pero...como es ese sitio? alguna vez has estado allà?-pregunte sin animarme a confesar que muchas veces habia soñado con que las tinieblas cruzaran todo el territorio y la luz de Galadnor se extinguiera bajo mis ojos, bajo mi poder.

El relato sobre como era Galadnor por boca de mi madre, fue por demás…aburrido? No me daba muchos detalles pero tampoco es que se pudiera hablar mucho sobre un reino lleno de…luz. Qué situación tan nauseabunda debía ser estar en tan aborrecible lugar. No podía entender que a mi hermano le gustase explorar esos lares. No porque me espantara sino porque simplemente me asqueaban los lugareños. Sus tierras solo podrían ser valiosas si la oscuridad se extendiera hasta ellas. Mi madre solto entonces aquella pregunta acerca de que tanto sabía yo de ese sitio. Me quede mirando distraídamente hacia unos arbustos en los que se había metido mi gato a juguetear despreocupadamente, quizás persiguiendo algún insecto.

-No sè mucho de ese sitio, Madre. Solo todo lo que cuentan las malas lenguas, lo he visto de lejos en la tierra de los exiliados.-confese, dejando claro que yo también había abandonado Moriel en varias ocasiones, mas no dije cuando ni con quien y tampoco me mostraba dispuesta a hacerlo.
-Sabes Madre?-continué…-siempre he sentido curiosidad en el porquè preservamos la paz con esos renacuajos luminosos? No es tiempo ya de una guerra? Una verdadera guerra…una donde la oscuridad consuma todo y la luz se extinga…para siempre-esta vez enfatice en ello y la mire directamente a los ojos con el semblante serio.

Mi madre no quizo ahondar en el tema,de hecho lo corto practicamente de tajo y si podriamos decirlo de alguna forma, hasta de forma grosera me mando a ver que cosa hacia mi gato a quien por supuesto,no voltee a ver. Me quede mirando a mi madre a los ojos,incluso con algo de furia reflejada en los ojos, como si en ese momento con toda la gana del mundo hubiese sido capaz de plantarle dos bofetones,simplemente porque me habia dado largas.Quien rayos se creia que era? o mejor dicho, pensaba que por ser mi madre tendria alguna consideraciòn con ella si de ocupar su lugar se tratara?Estaba de broma.

Fui hasta donde se encontraba mi gato y lo tome entre mis brazos achuchandolo un poco,como pretendiendo que no pasaba nada.

-Sabes,Madre? Yo aun tengo tiempo para planear cosas...pero en tu caso, el tiempo pasa...-dije sin màs dejandole entrever que se haria vieja y pronto su reinado llegaria a su fin y entonces todo dependeria de alguien mas. Me di la vuelta y segui mi camino con el gato en brazos despues de haber dicho eso con un tono bastante frio.

Siguio mis pasos claramente aludida por lo que le habìa dicho.No podìa ser de otra manera, mas bien no lo esperaba de ninguna otra. Era una cuarentona que desde adolescente habia disfrutado de ponerse histèrica por cualquier cosa, que me lo habia heredado en cierta forma, solo en cierta porque yo podìa controlarme mucho mejor que ella,y ahora aqui venia discutiendo y echandome en cara que a su parecer nunca serìa reina. Què lejos estaba de comprender siquiera los alcances de mi ambiciòn, o quizas si pero no pensaba que pudiera lograrlo, entonces tuve que darle un poco de su propia medicina.

-No deberias sonar tan segura, parece que te diera un gran alivio...-arremeti mientras me detenia con tono tranquilo a una distancia prudente de mi madre.

-Calentar el trono bajo unas enormes enaguas no te hace una reina, ni te da poder, ni siquiera te acerca a la obediencia de un pueblo asustado...-no porque ella les diera miedo,mi padre lo hacìa.-con tantos años deberias haberlo entendido,Madre. Un pueblo no solo lo dirigen los reyes,sino quienes estan detras.-finalice por el momento,evidenciado levemente mis pensamientos un tanto...manipuladores.