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Cacerìa Real (Melkor)
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Cacerìa Real (Melkor)
El ruido del trote de los caballos era todo cuanto se podía escuchar por aquellas tierras. El viento me soplaba en la cara, pero nuestro galope no se detuvo ni tampoco el ladrar de los perros que corrían delante de nosotros. Nos acompañaban monteros y ballesteros mientras que yo sostenía una lanza previamente dispuesta para la cacería de jabalíes. Un poco más adelante se hallaba mi victima que corría desesperado por escapar de una muerte segura. Su Majestad también se encontraba ocupado en lo suyo, o más bien lo nuestro porque le habíamos echado ojo al mismo animal y se estaba convirtiendo en algo personal aquella cacería, que por supuesto, no estaba dispuesto a ceder.
-Venga, su Majestad se esta haciendo viejo…-bromee cuando logre alcanzarle y rebasarle esta vez con la vista bien fija en aquel animal a quien le eche una ultima mirada, y levante la lanza dispuesto a encajarla en el lomo de la bestia cuya respiración casi podía escuchar,inevitablemente una sonrisa de triunfo se vino a dibujar en mi rostro.
-Eres mìo...-susurre y entonces aplique toda la fuerza que requeria para encajar la punta de la lanza en aquella
bestia color canela. Su chillido se escucho por todo el lugar y lo arrastre conmigo un par de metros mas hasta que detuve el caballo y me dedique a buscar la mirada de Melkor con un gesto de pura satisfacciòn y orgullo pintados en el rostro.
-Venga, su Majestad se esta haciendo viejo…-bromee cuando logre alcanzarle y rebasarle esta vez con la vista bien fija en aquel animal a quien le eche una ultima mirada, y levante la lanza dispuesto a encajarla en el lomo de la bestia cuya respiración casi podía escuchar,inevitablemente una sonrisa de triunfo se vino a dibujar en mi rostro.
-Eres mìo...-susurre y entonces aplique toda la fuerza que requeria para encajar la punta de la lanza en aquella
bestia color canela. Su chillido se escucho por todo el lugar y lo arrastre conmigo un par de metros mas hasta que detuve el caballo y me dedique a buscar la mirada de Melkor con un gesto de pura satisfacciòn y orgullo pintados en el rostro.
Alejandro Cornwell- Feudales de Moriel
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
La ciénaga. Normalmente nada, además de las plantas, el pantano, y algún que otro animal se movía por ese silencioso e inmundo lugar. La única razón por la que se había vuelto su sitio favorito de caza, además de por inexplorado, era que se trataba de la frontera hacia el reino enemigo, Galadnor, lo que lo hacía potencialmente peligroso. Y el Rey se podía permitir correr riesgos o su ego era tan grande que los veía excitantes o una especie de reto porque, de haber sufrido una emboscada en aquél lugar, las cosas se habrían vuelto aún más estimulantes que perseguir jabalíes.
Espoleó al caballo cruzando medio pantano, los lebreles iban a la cabeza y aquél animal corría como alma que llevaba el diablo, metiéndose en cada sucia rendija que el bosque le concedía, y dado que el camino era angosto, Alejandro tomó la delantera en uno de los recodos. Melkor, quien llevaba la lanza corta anudada a la espalda bajo la capa negra, tomó las bridas del animal con esos guanteletes que acababan en garras y espoleó aún más su caballo hasta ver a Alejandro alzar la lanza y acertar al jabalí, por lo que se fue cada vez más al trote, contemplando al desdichado que se retorcía bajo la lanza y un charco sanguinolento, chillando agudamente mientras los lebreles no paraban de ladrar. El feudal parecía disfrutar con la masacre al animal. Y eso también le traía una sensación agradable y prepotente, incluso en la muerte de ese animal... Cuando más en alguno más grande, como digamos un ser humano, que era el siguiente paso. Era como si su misma naturaleza se lo pidiera. Notaba los sentidos exaltados, el corazón gozando con el sufrimiento del indefenso, y aumentando, como si fuera un hambre que no se podía calmar.
No bien el feudal buscó su mirada, cuando él en un gesto natural, llevó la mano a su lanza y ágilmente le atenazó el cuello con la punta de cobre. Su mirada era como si le hubiera hecho una afrenta, pero pronto se convirtió en una sonrisa ladeada. ––Buen trabajo–– le dijo, y bajó su lanza, que aventó hacia atrás para que uno de sus cortesanos la cogiera y le entregara el halcón, y por el cual el tercero de sus hijos tenía aquél nombre. El rey guerrero lo dejó en su brazo mientras los cazadores recogían la pieza recién cazada.
––Me gustaría ver cómo os desenvolvéis con una pieza más grande, Milord Cornwell. Hace tiempo que estoy buscando una bestia en éstos parajes, me han llegado noticias de esa bestia que podría agradar a Morwen, quizá hoy sea nuestro día de suerte.––
Espoleó al caballo cruzando medio pantano, los lebreles iban a la cabeza y aquél animal corría como alma que llevaba el diablo, metiéndose en cada sucia rendija que el bosque le concedía, y dado que el camino era angosto, Alejandro tomó la delantera en uno de los recodos. Melkor, quien llevaba la lanza corta anudada a la espalda bajo la capa negra, tomó las bridas del animal con esos guanteletes que acababan en garras y espoleó aún más su caballo hasta ver a Alejandro alzar la lanza y acertar al jabalí, por lo que se fue cada vez más al trote, contemplando al desdichado que se retorcía bajo la lanza y un charco sanguinolento, chillando agudamente mientras los lebreles no paraban de ladrar. El feudal parecía disfrutar con la masacre al animal. Y eso también le traía una sensación agradable y prepotente, incluso en la muerte de ese animal... Cuando más en alguno más grande, como digamos un ser humano, que era el siguiente paso. Era como si su misma naturaleza se lo pidiera. Notaba los sentidos exaltados, el corazón gozando con el sufrimiento del indefenso, y aumentando, como si fuera un hambre que no se podía calmar.
No bien el feudal buscó su mirada, cuando él en un gesto natural, llevó la mano a su lanza y ágilmente le atenazó el cuello con la punta de cobre. Su mirada era como si le hubiera hecho una afrenta, pero pronto se convirtió en una sonrisa ladeada. ––Buen trabajo–– le dijo, y bajó su lanza, que aventó hacia atrás para que uno de sus cortesanos la cogiera y le entregara el halcón, y por el cual el tercero de sus hijos tenía aquél nombre. El rey guerrero lo dejó en su brazo mientras los cazadores recogían la pieza recién cazada.
––Me gustaría ver cómo os desenvolvéis con una pieza más grande, Milord Cornwell. Hace tiempo que estoy buscando una bestia en éstos parajes, me han llegado noticias de esa bestia que podría agradar a Morwen, quizá hoy sea nuestro día de suerte.––
Melkor Moriel- Rey de Moriel
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 23/09/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
Despuès de aquel pequeño logro ante Melkor me senti muy orgulloso de ver su sonrisa y su gesto de aprobaciòn antes de desmontar dejando el trabajo sucio a nuestros acompañantes.
-Gracias, Su Majestad...-asenti con una ligera reverencia.Siempre era excitante una caceria con èl. Cierto era tambièn que siempre habia algo que aprender de èl, resultaba una compañia por demas interesante y agradable. Sobre todo cuanto no estaban los principes en quienes a veces enfocaba toda su atenciòn y estos ni siquiera valoraban las enseñanzas a mi particular parecer.
El claro de la ciènaga comenzaba a oscurecerse porque la tarde estaba por caer y con ello aquellos lugares realmente se volvian peligrosos. Era un lugar donde los exiliados gobernaban y donde pocos valientes se atrevia a cruzar a ciertas horas, quiza algunos corrian con suerte. Pero la verdad es que a ninguno de los dos nos preocupaban esas cosas. Si alguno se atrevia a tratar...queriamos verlo.
Melkor y su halcòn eran una vista elegante a mis ojos. Escuche aquello sobre algo mas grande para la reina y de inmediato me brillaron los ojos.Quizas un dragòn pensè para mi mismo pero no lo externe.
-Que es esa bestia que buscais?- pregunte con cierto interes.
-Gracias, Su Majestad...-asenti con una ligera reverencia.Siempre era excitante una caceria con èl. Cierto era tambièn que siempre habia algo que aprender de èl, resultaba una compañia por demas interesante y agradable. Sobre todo cuanto no estaban los principes en quienes a veces enfocaba toda su atenciòn y estos ni siquiera valoraban las enseñanzas a mi particular parecer.
El claro de la ciènaga comenzaba a oscurecerse porque la tarde estaba por caer y con ello aquellos lugares realmente se volvian peligrosos. Era un lugar donde los exiliados gobernaban y donde pocos valientes se atrevia a cruzar a ciertas horas, quiza algunos corrian con suerte. Pero la verdad es que a ninguno de los dos nos preocupaban esas cosas. Si alguno se atrevia a tratar...queriamos verlo.
Melkor y su halcòn eran una vista elegante a mis ojos. Escuche aquello sobre algo mas grande para la reina y de inmediato me brillaron los ojos.Quizas un dragòn pensè para mi mismo pero no lo externe.
-Que es esa bestia que buscais?- pregunte con cierto interes.
Alejandro Cornwell- Feudales de Moriel
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
––Cuando la tengáis enfrente, sabréis enseguida de cuál se trata. A menos claro que os devore antes de que intentéis nada–– Respondió entretenido fijándose en el halcón, acercándolo peligrosamente, bajándolo para que extendiera sus alas y finalmente lo colocó en su hombro, notando que Alejandro parecía atento al entorno, como si se cuestionara sobre la bestia o quizá otro tipo de bestias que habitaban la ciénaga, como por ejemplo algunas pandillas de exiliados, que no tenían más opciones que atracar, robar, o recolectar hierbas raras para venderlas en reinos lejanos o de manera fraudulenta para sobrevivir.
––––En realidad hay varios cazadores que lo buscan.... es más fuerte que cinco hombres y su velocidad también triplica la de uno, espero que no me hayan desobedecido y siga por éstos parajes, a la espera de ser cazado por mí, o por vos, Lord Cornwell. ¿Quién creéis que tenga más habilidad en cuanto a la caza?–– continuó el rey, siguiendo el camino hacia el frente con su caballo. A pesar de que oscurecía el calor se había vuelto algo insoportable por el ejercicio, y los cabellos se le pegaban a la frente. Resopló. Frente a ellos se extendía un gran obstáculo para la búsqueda de más jabalíes, un río fangoso capaz de engullir un hombre entero en menos de diez minutos.
––––En realidad hay varios cazadores que lo buscan.... es más fuerte que cinco hombres y su velocidad también triplica la de uno, espero que no me hayan desobedecido y siga por éstos parajes, a la espera de ser cazado por mí, o por vos, Lord Cornwell. ¿Quién creéis que tenga más habilidad en cuanto a la caza?–– continuó el rey, siguiendo el camino hacia el frente con su caballo. A pesar de que oscurecía el calor se había vuelto algo insoportable por el ejercicio, y los cabellos se le pegaban a la frente. Resopló. Frente a ellos se extendía un gran obstáculo para la búsqueda de más jabalíes, un río fangoso capaz de engullir un hombre entero en menos de diez minutos.
Melkor Moriel- Rey de Moriel
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 23/09/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
No perdì de vista ni uno solo de sus movimientos,aunque mas bien de reojo porque estaba viendo en derredor. husmeando un poco por el lugar y acercandome al borde de la ciènaga a pie y halando el caballo por las riendas. Ahì en los bordes y en las cercanias podian verse aquellas creaturas que tan de moda estaban en los mercados, y entre algunas mujeres. Eran repulsivos a mi vista, ni siquiera tenian patas y se movian como gusanos gordos...-deberian extinguirlos...-pense en voz baja como si se lo dijera a ellos,incluso patee uno como si fuera un estorbo, y si lo era porque por poco y lo aplasto y hubiera sido como pisar excremento.
-Seguro que esta vez le dare la oportunidad de hacerlo a vos...-dije con aire sobrado montandome de una en mi caballo y jalandole las riendas para poner mi cerebro a pensar que podria ser aquello que queria casar. ¿un oso?, eso si que me aceleraba el pulso.
El rey y su andar seguro se vieron mermados por el bloqueo en el camino...-Os parece si la rodeamos?-pregunte...- auque quizas usted no podria volver a tiempo para la cena,despues...-dije como avisandole pero con una mueca burlona y complice porque sabìa que tratandose de esto, a èl no le importaban esas ridiculeces de mujeres.
-Seguro que esta vez le dare la oportunidad de hacerlo a vos...-dije con aire sobrado montandome de una en mi caballo y jalandole las riendas para poner mi cerebro a pensar que podria ser aquello que queria casar. ¿un oso?, eso si que me aceleraba el pulso.
El rey y su andar seguro se vieron mermados por el bloqueo en el camino...-Os parece si la rodeamos?-pregunte...- auque quizas usted no podria volver a tiempo para la cena,despues...-dije como avisandole pero con una mueca burlona y complice porque sabìa que tratandose de esto, a èl no le importaban esas ridiculeces de mujeres.
Alejandro Cornwell- Feudales de Moriel
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
A diferencia de Alejandro, él no bajó del caballo, se quedó sobre él sintiéndolo moverse inquieto por alguna razón. Melkor había aprendido a confiar en su caballo, como si se tratara de uno mismo, ya que en batalla, los errores del caballo podían significar su muerte, pero el peligro que ésta vez anunciaba, no podían ser esos Naugtils que Alejandro pateaba y que casi lo hacen reír a mandíbula batiente.
–Cuidado con esas cosas, no quisierais asustarlos y poneros romántico. He escuchado historias verdaderamente estúpidas respecto a esas criaturas– se bajó del caballo, llevando las riendas a su hombro e inspeccionó la ciénaga. Lo que dijo el feudal parecía más un reto y se incorporó nuevamente, lo miró con complicidad, girando hacia la escolta que los seguía a pocos pasos –Iros, rodead la ciénaga y os veremos del otro lado…. quizá– esto último lo dijo como una confesión para el feudal, la escolta parecía pasmada los primeros tres segundos, como que aún no captaban que tenían que cruzar y qué extraño capricho se le había metido al rey por continuar el camino, siendo que había muchos otros por los cuales llegar a la montaña, pero al oír sus palabras obedecieron de inmediato, murmurando las palabras de aceptación oficiales, mientras el rey se apartaba de la ciénaga a pasos donde el lodo resbalaba en sus botas, y se agachaba para acariciar sus lebreles, especialmente un doberman de orejas afiladas, fiero y el mejor cazador hasta ahora, mucho mejor que sus cazadores humanos. –Cuidad bien de mis lebreles, ya que si alguno se pierde por el camino, os cortaré las manos, ¿entendido?– dijo rel Rey incorporándose, con ese aire autoritario que hacía retroceder a más de uno, aunque fuera una tontería lo que el Rey discutiera.
Volvió al lado de Alejandro ésta vez mirando los árboles que crecían oscuros y poco derechos. En realidad, parecía que todo estaba siendo absorbido por aquél fango, y nada crecía derecho. Una enramada de lianas cruzaba de un árbol a otro, ahora estaba preguntándose si serían lo suficientemente resistentes para soportar el peso, pero lo veía poco probable, cuando más con aquellos aditamentos.
–¿Y bien? No tengo prisa para llegar a la cena.
–Cuidado con esas cosas, no quisierais asustarlos y poneros romántico. He escuchado historias verdaderamente estúpidas respecto a esas criaturas– se bajó del caballo, llevando las riendas a su hombro e inspeccionó la ciénaga. Lo que dijo el feudal parecía más un reto y se incorporó nuevamente, lo miró con complicidad, girando hacia la escolta que los seguía a pocos pasos –Iros, rodead la ciénaga y os veremos del otro lado…. quizá– esto último lo dijo como una confesión para el feudal, la escolta parecía pasmada los primeros tres segundos, como que aún no captaban que tenían que cruzar y qué extraño capricho se le había metido al rey por continuar el camino, siendo que había muchos otros por los cuales llegar a la montaña, pero al oír sus palabras obedecieron de inmediato, murmurando las palabras de aceptación oficiales, mientras el rey se apartaba de la ciénaga a pasos donde el lodo resbalaba en sus botas, y se agachaba para acariciar sus lebreles, especialmente un doberman de orejas afiladas, fiero y el mejor cazador hasta ahora, mucho mejor que sus cazadores humanos. –Cuidad bien de mis lebreles, ya que si alguno se pierde por el camino, os cortaré las manos, ¿entendido?– dijo rel Rey incorporándose, con ese aire autoritario que hacía retroceder a más de uno, aunque fuera una tontería lo que el Rey discutiera.
Volvió al lado de Alejandro ésta vez mirando los árboles que crecían oscuros y poco derechos. En realidad, parecía que todo estaba siendo absorbido por aquél fango, y nada crecía derecho. Una enramada de lianas cruzaba de un árbol a otro, ahora estaba preguntándose si serían lo suficientemente resistentes para soportar el peso, pero lo veía poco probable, cuando más con aquellos aditamentos.
–¿Y bien? No tengo prisa para llegar a la cena.
Melkor Moriel- Rey de Moriel
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 23/09/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
Toda la guardia se fue a la orden de Melkor. Se fueron tambièn los perros. El soberano despidio a uno de sus perros con especial atenciòn, era su favorito, el mejor de todos. La de historias que se podìan contar en base a las correrìas de aquel animal de porte elegante que echaba a correr a todo galope con el rabo levantado y un trote agil y audaz.
La advertencia de Melkor casi me hace hacer un gesto de sorpresa incluso gracioso, y es que por medio segundo me vislumbre haciendo alguna ridiculez enfrente de èl. Si fuera otro se me habrian ido los colores o subido, quien sabe. Pero no, no paso eso por el contrario eche otra mirada fulminante a los animalejos esos que parecian ratas invasoras. pues se podian ver camadas de hasta 10 bichejos de esos en miniatura,valga la redundancia.
La voz de su alteza me hizo volver a poner atenciòn en todo aquello, ahora eramos solo nosotros dos. Un par de arrogantes y orgullosos guerreros en busca de aventuras. No puedo decir que viera en Melkor Moriel un padre, pero si que hayaba su compañia inigualable. Un amigo y un compañero de batallas,de parrandas y demàs. Lejos de los titulos, detras de la corona era un hombre temerario y eso lo hacia digno de admiraciòn.
-Sigueme...-dije con confianza ahora que no habia nadie,enterre levemente la espuela y mi caballo echo a andar hacia otro camino...-ese caminos pasa por la ciudad de las lucièrnagas, es decir por toda la frontera,si no hayamos las bestias que venimos a cazar,sin duda hallaremos otras...que dices?- le rete.
La advertencia de Melkor casi me hace hacer un gesto de sorpresa incluso gracioso, y es que por medio segundo me vislumbre haciendo alguna ridiculez enfrente de èl. Si fuera otro se me habrian ido los colores o subido, quien sabe. Pero no, no paso eso por el contrario eche otra mirada fulminante a los animalejos esos que parecian ratas invasoras. pues se podian ver camadas de hasta 10 bichejos de esos en miniatura,valga la redundancia.
La voz de su alteza me hizo volver a poner atenciòn en todo aquello, ahora eramos solo nosotros dos. Un par de arrogantes y orgullosos guerreros en busca de aventuras. No puedo decir que viera en Melkor Moriel un padre, pero si que hayaba su compañia inigualable. Un amigo y un compañero de batallas,de parrandas y demàs. Lejos de los titulos, detras de la corona era un hombre temerario y eso lo hacia digno de admiraciòn.
-Sigueme...-dije con confianza ahora que no habia nadie,enterre levemente la espuela y mi caballo echo a andar hacia otro camino...-ese caminos pasa por la ciudad de las lucièrnagas, es decir por toda la frontera,si no hayamos las bestias que venimos a cazar,sin duda hallaremos otras...que dices?- le rete.
Alejandro Cornwell- Feudales de Moriel
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
–Digo que sabéis más de lo que a un noble compete de éstos caminos hacia Galadnor –meditó el Rey mesándose la barba, y se quedó en su lugar, pensando en el patético reino de Mandos Galadnor y en los muchos enemigos que ahí tenía, también junto a la zona de exiliados. Aunque éstos habían creado su propia tribu de gitanos y probablemente no tuvieran otra ley que la supervivencia.
Contempló el camino ramificado que se extendía ante ellos, uno más lúgubre que el otro. Pero en el caso suyo, contrario a la humanidad común, la oscuridad era su elemento y se hallaba a sus anchas en ella. Sus sentidos aumentaban, su mirada se volvía más aguzada y sus movimientos más ágiles, todo lo contrario a cuando la luz estaba en plenitud y lo debilitaba ligeramente.
Su caballo echó a andar lentamente hasta el lado de Alejandro, haciendo ese ruido de galope sobre el lodo sin que su jinete pareciera hacer el menor caso a la orden de su amigo, si es que eso había intentado ser una orden. –Opino que si obtenéis una caza mejor que la que yo obtenga ésta noche, os invitaré una cerveza, mi cuerpo me la pide a gritos, o quizá preferís una bonita ramera, o quizá un título mejor del que ya ostentáis? – le dijo ésta vez de broma a su amigo, dándole un golpe a las costillas de su caballo y jalando de la brida para que éste hiciera un movimiento brusco y echara a andar a mayor velocidad por el camino que su intuición y vago recuerdo de esos caminos siempre cambiantes le dictaban.
Contempló el camino ramificado que se extendía ante ellos, uno más lúgubre que el otro. Pero en el caso suyo, contrario a la humanidad común, la oscuridad era su elemento y se hallaba a sus anchas en ella. Sus sentidos aumentaban, su mirada se volvía más aguzada y sus movimientos más ágiles, todo lo contrario a cuando la luz estaba en plenitud y lo debilitaba ligeramente.
Su caballo echó a andar lentamente hasta el lado de Alejandro, haciendo ese ruido de galope sobre el lodo sin que su jinete pareciera hacer el menor caso a la orden de su amigo, si es que eso había intentado ser una orden. –Opino que si obtenéis una caza mejor que la que yo obtenga ésta noche, os invitaré una cerveza, mi cuerpo me la pide a gritos, o quizá preferís una bonita ramera, o quizá un título mejor del que ya ostentáis? – le dijo ésta vez de broma a su amigo, dándole un golpe a las costillas de su caballo y jalando de la brida para que éste hiciera un movimiento brusco y echara a andar a mayor velocidad por el camino que su intuición y vago recuerdo de esos caminos siempre cambiantes le dictaban.
Melkor Moriel- Rey de Moriel
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 23/09/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
Al escuchar todas sus opciones de gratificaciones, que por supuesto no eran tales, sino mera camaradería. No necesitaba mas favores de los que ya gozaba por todo el reino al ser el mejor amigo del rey, tampoco que me pagaran una ramera, la cerveza si, esa era la mejor opción, incluso la saboree cuando el dijo con tanto énfasis que su cuerpo se la pedía. Y es que llevábamos todo el dìa de caza. Cosa que nos apasionaba a ambos y tengo que admitir que el llevar la delantera era demasiado placentero. Pero tratándose de Melkor Moriel no valía confiarse, casi podía asegurar que en algún momento la suerte le sonreiría, pero no estaba por la labor de permitírselo.
-Que sean varias cervezas y estaré conforme, también aceptare la ramera, pero solo si es tan bonita como la última que…-me interrumpí pero le sonreí con complicidad. Luego el echo a andar con su caballo un poco mas deprisa por toda aquella oscura zona que resultaba bastante agradable para alguien que puede mezclarse entre las mismas. Pero no utilice dichos dones, solo me apresure a alcanzarle.
-Mira por alla…-le grite cuando a una distancia de quizás 200 metros pude ver fuego, y quizás se escuchaban voces, si, tenía que ser algún aquelarre de exiliados. Esas ratas apestosas que no eran bien vistas en ningún lado, cuyo hedor podía impregnarse en las fosas nasales por días. O por lo menos asi era la mayoría que se capturaban día con día y cuyas carnes y grasas se fundían al fuego de una hoguera.
-Que sean varias cervezas y estaré conforme, también aceptare la ramera, pero solo si es tan bonita como la última que…-me interrumpí pero le sonreí con complicidad. Luego el echo a andar con su caballo un poco mas deprisa por toda aquella oscura zona que resultaba bastante agradable para alguien que puede mezclarse entre las mismas. Pero no utilice dichos dones, solo me apresure a alcanzarle.
-Mira por alla…-le grite cuando a una distancia de quizás 200 metros pude ver fuego, y quizás se escuchaban voces, si, tenía que ser algún aquelarre de exiliados. Esas ratas apestosas que no eran bien vistas en ningún lado, cuyo hedor podía impregnarse en las fosas nasales por días. O por lo menos asi era la mayoría que se capturaban día con día y cuyas carnes y grasas se fundían al fuego de una hoguera.
Alejandro Cornwell- Feudales de Moriel
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Fecha de inscripción : 04/10/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
-Y así será- acordó el rey, realmente complacido por la agitación de los árboles, que parecían estar defendiendo su territorio contra enemigos mortales. En contraste, y luego de un rato de andar en lo más insondable de la ciénaga, se rebeló aquél claro donde se vislumbraba una luz. Sin duda alguien se habían detenido ahi a acampar por lo tranquilo y sereno, aunque su presencia no parecía estar siendo bendecida por los dioses de la noche.
Un poco más y se reveló la presencia de tres individuos, desgraciadamente, ellos también fueron vislumbrados e inmediatamente se pusieron en guardia. Si para algo eran buenos, como antes se mencionó, era para la supervivencia, ya que si habían llegado hasta aquí escapando de la horca y muchas otras razones que hubieran doblegado a un ser humano normal, o quizá simple suerte, nunca se sabía, era por algo. ¿Quién se hallaba entre ellos? Esperaba no reconocer al insensato que había atentado tiempo atrás contra la reina.
El grupo nocturno había preferido mantenerse unido. El Rey pensó que esto era una mala estrategia, pues teniendo en cuenta que el bosque los protegía y que la noche era su aliado natural, sería más ventajoso atacar furtivamente al grupo de caza Sin embargo, los exiliados que dado su titubeo también podían pertenecer a Galadnor, se dieron cuenta pronto de su error y se dispersaron en diversas direcciones, al acecho del gupo de caza.
Un poco más y se reveló la presencia de tres individuos, desgraciadamente, ellos también fueron vislumbrados e inmediatamente se pusieron en guardia. Si para algo eran buenos, como antes se mencionó, era para la supervivencia, ya que si habían llegado hasta aquí escapando de la horca y muchas otras razones que hubieran doblegado a un ser humano normal, o quizá simple suerte, nunca se sabía, era por algo. ¿Quién se hallaba entre ellos? Esperaba no reconocer al insensato que había atentado tiempo atrás contra la reina.
El grupo nocturno había preferido mantenerse unido. El Rey pensó que esto era una mala estrategia, pues teniendo en cuenta que el bosque los protegía y que la noche era su aliado natural, sería más ventajoso atacar furtivamente al grupo de caza Sin embargo, los exiliados que dado su titubeo también podían pertenecer a Galadnor, se dieron cuenta pronto de su error y se dispersaron en diversas direcciones, al acecho del gupo de caza.
Melkor Moriel- Rey de Moriel
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 23/09/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
Tres eran los sujetos que ahi se encontraban,no podia asegurar a que reino habìan pertenecido por la oscuridad y por lo sucios que se encontraban,parecian haber decidido parar por ahi por esa noche. Oh grandisimo error, cruel destino y maravillosa caza para mi esta noche.
Se juntaron primero en guardia como flanqueandose pero luego se dispersaron, no iba a quedarme a esperar a que me ordenaran que los acabara. Eran como la peste y a la peste se le elimina,eso lo tenia bastante claro. Me deje ir hacia el primero a caballo mas bien rodeandolo ya con la espada fuera de su vaina, corrio mas deprisa y yo salte del animal abalanzandomele encima por la espalda en un empujòn antes de una pelea en tierra.
Melkor estaba ahi y no podìa decepcionarlo,no solo eso, tenia que demostrar cuan valioso elemento era y porque era tan temido en Gulia. La mirada salvaje del exiliado se cruzaba con la mia ambos con rabia,otro mas vino en su ayuda,pero alcance a verle de reojo y con el antebrazo hacia atras pude alejarlo y darme espacio para un giro rapido, la punta de la espada en su cuello y luego al ver venir al otro un corte perfecto en la yugular para aumentar la fuerza,otro giro y la cabeza del segundo salio disparada como en un perfecto juego de cricket.
Se juntaron primero en guardia como flanqueandose pero luego se dispersaron, no iba a quedarme a esperar a que me ordenaran que los acabara. Eran como la peste y a la peste se le elimina,eso lo tenia bastante claro. Me deje ir hacia el primero a caballo mas bien rodeandolo ya con la espada fuera de su vaina, corrio mas deprisa y yo salte del animal abalanzandomele encima por la espalda en un empujòn antes de una pelea en tierra.
Melkor estaba ahi y no podìa decepcionarlo,no solo eso, tenia que demostrar cuan valioso elemento era y porque era tan temido en Gulia. La mirada salvaje del exiliado se cruzaba con la mia ambos con rabia,otro mas vino en su ayuda,pero alcance a verle de reojo y con el antebrazo hacia atras pude alejarlo y darme espacio para un giro rapido, la punta de la espada en su cuello y luego al ver venir al otro un corte perfecto en la yugular para aumentar la fuerza,otro giro y la cabeza del segundo salio disparada como en un perfecto juego de cricket.
Alejandro Cornwell- Feudales de Moriel
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Fecha de inscripción : 04/10/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
Alejandro rápidamente se abalanzó sobre una presa, sin dudar un instante en atacar con todo e incluso dejarse caer de su caballo para una genuina pelea cuerpo a cuerpo. Su brutalidad era innegable, sus movimientos, perfectos, y sustentaba su fama en Gulia, cosa que complacía mucho al Rey quien así casualmente lo había conocido, sin embargo, la manera de terminar con los otros dos individuos fue demasiado sencilla, demasiado rápida, cosa que puso de sospecha a Melkor, quien ya había desenvainado lentamente su espada haciendo sonar ese sonido metálico al deslizarse la hoja, con los sentidos puestos en todo su entorno, haciendo poco caso de la vista. Una cabeza rodó hasta las patas del caballo... Una cabeza grotesca y ficticia, porque pasados los veinte segundos, desapareció el engaño que no pudo ser sostenido por más tiempo por su creador, que sin duda poseía la habilidad de distorsionar la realidad y que había usado para tender una trampa y dejar a sus oponentes en desventaja. Lo que estaba claro para todos era que de ahí pocos saldrían vivos, fuese la razón que fuese, y en aquellos individuos valía el todo se vale.
Aquél exiliado poseedor de la distorsión de realidad se apresuró a tomar el caballo de Alejandro y montó en él, jalándolo de las bridas mientras desenvainaba su respectiva espada e iba al encuentro del noble a gran velocidad de embestida, y aquél a quien él tenía entre sus manos sangraba profusamente de una herida en el cuello y había creado un campo de fuerza a su alrededor intentando recuperarse. El tercero de ellos, y al que el Rey intuía como el más peligroso, se quedaba al margen, como si sus compañeros no significaran nada para él más que casual compañía de una noche de destierro. Sin embargo, aún no sacaba a relucir su habilidad y si se estaba escondiendo de una muerte segura o simplemente aparentaba más de lo que era.
Aquél exiliado poseedor de la distorsión de realidad se apresuró a tomar el caballo de Alejandro y montó en él, jalándolo de las bridas mientras desenvainaba su respectiva espada e iba al encuentro del noble a gran velocidad de embestida, y aquél a quien él tenía entre sus manos sangraba profusamente de una herida en el cuello y había creado un campo de fuerza a su alrededor intentando recuperarse. El tercero de ellos, y al que el Rey intuía como el más peligroso, se quedaba al margen, como si sus compañeros no significaran nada para él más que casual compañía de una noche de destierro. Sin embargo, aún no sacaba a relucir su habilidad y si se estaba escondiendo de una muerte segura o simplemente aparentaba más de lo que era.
Melkor Moriel- Rey de Moriel
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 23/09/2010
Re: Cacerìa Real (Melkor)
La rata de cuya cabeza me habia "deshecho" no era mas que un ilusionista, pero uno lo suficientemente listo como para engañarme y hacerse con mi caballo mientras el otro pretendia recuperarse del corte en el cuello,cosa imposible. Por esos escasos segundos que tuve para pensar en ello una sonrisa altanera se formo en mi cara. Vi venir el jinete en un claro intento de embestida y entonces corri a su encuentro pero cambiando totalmente la jugada me barri cuando estuve a buena distancia y heri a mi propio animal provocando asi que este tumbara a la rata y me levante para ir a por èl, clave la espada con furia en los ojos, toda en su pecho y rasgue hasta dejar mas que eso a la vista,volteando a mirar al otro que parecia mas repuesto.
Nunca podias confiarte de esos seres de Luz, ni siquiera cuando nosotros teniamos la ventaja de estar amoldados a la oscuridad, ellos se regian por la supervivencia del mas fuerte, como en una jungla. No habìa mas ley que esa, morir o matar.
Nosotros no estabamos dispuestos bajo ningun motivo a permitir que esas alimañas se salieran con la suya, no se irian ilesos, ni siquiera pretendiamos que salieran vivos. La muerte del distorsionador lejos de aterrarlos como seria normal, les hizo brillar los ojos con furia, con hambre de sangre. Nuestra sangre.
-Melkor!- grite cuando vi que èl tercero parecia tejer una telaraña...de lianas? Si, este parecia tener la habilidad de controlar las plantas y pronto las del suelo parecian enredarse en las piernas del caballo del rey.
Nunca podias confiarte de esos seres de Luz, ni siquiera cuando nosotros teniamos la ventaja de estar amoldados a la oscuridad, ellos se regian por la supervivencia del mas fuerte, como en una jungla. No habìa mas ley que esa, morir o matar.
Nosotros no estabamos dispuestos bajo ningun motivo a permitir que esas alimañas se salieran con la suya, no se irian ilesos, ni siquiera pretendiamos que salieran vivos. La muerte del distorsionador lejos de aterrarlos como seria normal, les hizo brillar los ojos con furia, con hambre de sangre. Nuestra sangre.
-Melkor!- grite cuando vi que èl tercero parecia tejer una telaraña...de lianas? Si, este parecia tener la habilidad de controlar las plantas y pronto las del suelo parecian enredarse en las piernas del caballo del rey.
Alejandro Cornwell- Feudales de Moriel
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Fecha de inscripción : 04/10/2010
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